Leïla, las mil y un noches de Biarritz
El periodista Paul Azoulay ha publicado un libro que recoge las vivencias de la reina de la noche de la ciudad costera
Ava Gardner, Edith Piaf, Petula Clark, Anthony Quinn o Frank Sinatra son algunas de las estrellas internacionales que, en las décadas de los sesenta y
ochenta, disfrutaron de sus vacaciones en Biarritz. En esa época dorada de la ciudad balneario, la discoteca Ruby's, dirigida por Leïla, antigua miss Túnez y actriz, era uno de los puntos de
encuentro de las celebridades.
Leïla, cuyo nombre significa noche en árabe y hebreo, recuerda, a sus 83 años, miles de anécdotas de visitantes como Sinatra, que se enamoró de la costa
vasca. “Le gustaba probar productos locales como el vino y el salchichón, y siempre terminaba sus noches en el bar del prestigioso Hôtel du Palais” evoca Leïla. Cada verano, los principales cantantes
y actores franceses de la época, como Mireille Darc, Alain Delon o Coluche, y personalidades como Juan de Borbón, Placido Domingo y los toreros Manzanares, El Juli, El Cordobes y Enrique Ponce eran
clientes habituales de la discoteca Ruby's, ubicada en el lateral del casino Bellevue, a un paso de la Playa Grande de Biarritz.
Gaby Icardi
“Mi gran suerte ha sido el amor” confiesa Leïla, que comenzó su carrera en Paris con la cantante y actriz francesa Régine. “Trabajé y aprendí con ella
como gestionar una discoteca pero luego me fui y nunca me lo perdonó. Porque a Régine no se le deja sino que ella te echa”. Leïla conoció a Gaby Icardi, un antiguo jugador de pelota que gestionaba
varios establecimientos en Paris, Biarritz y San Juan de Luz, con quien finalmente se casó. “A mi marido, que murió hace pocos años, le debo todo” asegura Leïla. Durante años, cada verano la pareja
invitaba a la costa labortana a los artistas que frecuentaban sus establecimientos parisinos. Y, al mismo tiempo, crearon muchas amistades también en el País Vasco, con pelotaris, jugadores de rugby
o los antiguos alcaldes y diputados de Biarritz y Baiona Bernard Marie y Jean Grenet. También era su asiduo visitante Jean Michel Gouffrant, el médico que acompañó durante años a los toreros más
famosos en todo el sur de Francia.
En aquella época, Gaby y Leïla fijaron su residencia en el Hôtel du Palais de Biarritz, donde compartían una suite de lujo con una leona. “Era todavía un
cachorro cuando la adquirimos. Llamaba la atención pero como estropeaba los muebles y las sabanas del hotel, finalmente, tuvimos que venderla. Se la llevó una marquesa española” recuerda
Leïla.
En su memoria siguen vivas todo tipo de anécdotas, como un aviso de bomba que finalmente resultó ser falso. Como la discoteca estaba repleta de público se
le ocurrió que la mejor forma de desalojar el local sin que nadie sufriera daños era invitar al público a salir bailando para continuar la fiesta en los jardines del Bellevue y así molestar a su
director. Los archivos de Leïla cuentan con cientos de fotografías, muchas de las cuales han sido publicadas en su libro. “Pero todavía no puedo contarlo todo ni enseñar la foto que sacamos con los
jugadores del equipo de Francia de futbol” observa entre risas.
Joan Baez y Estitxu
Entre recuerdos y anécdotas, Leïla no duda en entonar “Txorian txori” y relata que su marido enseño esta canción a Joan Baez. “Es una mujer
excepcional, cariñosa y la aprendió en tan solo cinco minutos. Aquella noche, consiguió un gran éxito en el concierto que ofreció en la plaza de toros de Baiona”.
Maravillada por su voz, Leïla llevó a Estitxu Robles Aranguiz a Paris, dónde la cantante vasca triunfó en las salas de conciertos y la televisión francesa,
concretamente en el programa de Jacques Chancel, otro cliente habitual en los cabarets de los Icardi. “Tuve la ocasión de oir un disco de Estitxu mientras comíamos en un restaurante y desde el primer
minuto su voz me llamó la atención. Pregunté quién era aquella cantante y me contestaron que era una artista local totalmente desconocida. No quise ceder hasta ver el disco, saber quién era y poder
charlar con ella”.
A los pocos días, Leïla fue a visitar a Estitxu al restaurante Amalur de Beskoitze, colidante con su caserío natal Leku Eder pero la benjamina de la
familia Robles Aranguiz no le prestó atención. Posteriormente, Leïla contrató a Estitxu y la llevó a Paris. “Siempre cantaba en euskera y tenía mucho éxito. Luego quiso volver a su País Vasco. Que
pena haber muerto tan joven. Hubiera podido tener la misma trayectoria que Nana Mouskouri.” explica. “Estitxu fue, y sigue siendo mi amiga, tengo todos sus discos. ¡Tenía una de las voces mas bellas
del mundo!” aclara la mujer que ha conocido a las principales estrellas internacionales del final del siglo XX. “Ahora sigue cantando Naia, su sobrina, a la que conocí de chavala. Presentará un nuevo
disco este otoño, tenemos mucha suerte de poder contar con Naia” se congratula Leïla.
En la actualidad, Leïla mantiene amistad con las cantantes Chantal Goya, y sobre todo Mireille Mathieu, que ha vendido cerca de doscientos millones de
discos en todo el planeta. “Cada año pasa unos días en Biarritz, comemos juntas y hacemos una excursión a Lourdes”. Leïla lamenta que los artistas actuales hayan dejado de acudir a la costa
vasca.
Las presentaciones públicas del libro sobre la vida de Leïla se han convertido en unos de los actos más concurridos en Iparralde ya que el público recuerda
todavía con especial cariño y nostalgia aquella época. La reina de la noche tiene para todos una sonrisa y una palabra de agradecimiento. El autor del libro, el óptico y periodista Paul Azoulay,
recupera retazos de la historia más glamurosa de Biarritz y San Juan de Luz.
Reportaje en Teleberri de ETB2:
https://www.eitb.eus/es/cultura/videos/detalle/5692444/video-leila-historia-glamurosa-biarritz-decadas-70-80-/