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   Junto al secretario y el presidente de la Academia Gascona de Baiona, Amadèu Baris y Guy Mondorge el 28 de abril de 2017, antes de mi discurso para entrar en esta institución.                                                                                                              

   Aquel día acepté dos compromisos: seguir estudiando la lengua gascona y dar a conocer su existencia y sus particularidades. Por ello publico este documental y este reportaje que permiten conocer mejor la situación del gascón en un area que habitualmente se relaciona únicamente con el euskara.

La lengua gascona

 

De d’Artagnan a la selectividad pasando por Donostia-San Sebastián

 

   A sus 17 años, Lourdes Bruna ya ha hecho historia. En junio de 2018, esta adolescente del Valle de Arán, que estudia telecomunicaciones en la Universidad de Barcelona, hizo la prueba de Selectividad -concretamente las de matemáticas y física- en lengua aranesa, el tercer idioma cooficial del valle junto con el castellano y el catalán. Situado al norte de Cataluña y en la frontera con Francia, Arán es conocida por las pistas de esquí de Baqueira Beret, sus iglesias románicas y sus osos pardos. Las señales de tráfico trilingües recuerdan que además del castellano y del catalán, el aranés también ocupa un lugar destacado. Algo más de la mitad de los ocho mil vecinos del valle dominan esta variante del occitano y muchos conectan a diario con los espacios que la radio televisión autonómica de Cataluña emite en esta lengua como el programa radiofónico Eth Maitin d’Aran que ha cumplido ya tres décadas en antena.

 

   Pese a que la mayoría de los escolares estudia en aranés, hasta ahora, los jóvenes del valle siempre han redactado las pruebas de la selectividad en otro idioma. A Lourdes Bruna, no le gusta llamar la atención ni salir en los medios de comunicación. Asegura que la decisión de redactar en aranés parte del examen fue personal y que a sus padres les pareció bien, a pesar de la duda que surgió en un principio, al no saber si se iban a corregir los examenes de su hija. « El aranés es nuestra lengua y nuestros derechos lingüísticos están en juego » recalca la jóven estudiante.

 

   Ante esta situación inédita, las maximas autoridades del valle, que llevan años trabajando a favor de la promoción de la lengua autóctona, pusieron a disposición del departamento de Educación de Cataluña a dos traductores de aranés para asegurar las correcciones de los examenes redactados por Lorda, nombre de la jóven en grafía normalizada occitana. La experiencia de esta jóven, al pedir que por fin se tomará en serio y se aplicará la legislación vigente sobre idiomas oficiales, ha sido valorada como un paso más en la normalización lingüística de la zona.

   El aranés es una variante de la lengua gascona cuyo territorio se extiende desde Viella, la capital del Valle de Arán, hasta Burdeos pasando por Toulouse y la zona de las Landas. El gascón es, a su vez, una variante de la lengua occitana, un idioma romance muy parecido al catalán y cuya área de influencia se extiende por varios valles de Italia, Mónaco, y todo el sur de Francia, con la excepción de la zona catalana de Perpiñan y gran parte del País Vasco continental. El provenzal, el limusin, el lengadociano o las hablas de Auverña son otras variantes del occitano.

 

   En todo su territorio, incluso en las comarcas en las que goza de mayor protección como el Valle de Arán, la lengua occitana sufre una situación de diglosia ante la supremacia del francés, el italiano o del castellano.

 

   En la edad media fue la lengua de los trovadores y del famoso mosquetero          D´Artagnan. También fue la lengua materna del escritor Frédéric Mistral, premio Nobel de literatura en 1904, y en Lourdes, uno de los lugares más visitados del mundo, bajo una de las estatuas de la Virgen más famosas del mundo, se lee la frase « Que sói era Imaculada Concepció » (Soy la Inmaculada Concepción). Se trata de la frase que la tradición atribuye a la Virgen en las apariciones de 1858 ante la jóven pastora Bernardita, que entonces sólo dominaba la lengua gascona.  

   En ambos lados del río Bidasoa, miles de vascos se esfuerzan cada día para fomentar el uso y la pervivencia del euskara, la única lengua europea sin parentesco lingüístico conocido con ninguna otra. Sin embargo, a pesar de su interés por la diversidad lingüística, la mayoría desconoce el lugar destacado que tuvo el occitano en la historia y la toponomia local en muchos territorios vascos, e incluso en los patronímicos.

 

   A partir del final del siglo XI, numerosas comunidades de francos se establecieron a lo largo del camino navarro de Santiago, en Iruñea-Pamplona, Zangotza-Sangüesa, Gares-Puente la Reina o Lizarra-Estella dónde constituyeron núcleos urbanos propios.

 

   Dedicados principalmente al comercio y la artesanía, los francos o burgueses, por habitar en núcleos conocidos como burgos, lograron un importante relieve económico. Prueba de ello es que entre los archivos del Reino de Navarra, se registra gran cantidad de documentos redactados en occitano, por ejemplo, ordenanzas municipales, registros contables, censos, testamentos, escrituras notariales de compraventa e incluso el propio fuero de Estella escrito en 1164. 

 

   El occitano también ocupa un lugar destacado en la literatura navarra, como en el poema La Cansó de la Crozada de Guilhem de Tudela. El cese de las migraciones ultrapirenáicas y la expansión del romance navarro provocaron la desaparición del occitano en Navarra. Con todo, hoy en día en la Comunidad Foral son habituales apellidos occitanos, que descienden directamente de aquella época, como Anaut o Pejenaute.

 

   En Gipuzkoa, la desaparición del occitano es mucho más reciente ya que durante las primeras décadas del siglo XX, un grupo de personas solía participar en reuniones celebradas en Donostia-San Sebastián para practicar la lengua gascona. Aunque dominaban el euskara y el castellano, los contertulios no se resignaron a perder el legado lingüístico de sus antepasados y continuaron reuniendose por lo menos hasta 1928. Tras su fallecimiento, el gascón desapareció en la costa guipuzcoana hace tan solo ochenta años, entre Hondarribia y Pasaia pasando por Getaria. La presencia de la lengua gascona en la zona de San Sebastián se inició en el siglo XII con la llegada de mercaderes. De esta lengua proceden los topónimos donostiarras Miramon, Morlans, Ugull, Aiete y Ulia, asi como los nombres de la localidad guipuzcoana Villabona y el del barrio Villagrana en Zumaia.

   Un poco más al norte, el puente Mayou (mayor), la calle Pannecau (panar y cau significan respectivamente robar y col), el bar L’Estanquet o la plaza Plaçota recuerdan que las raíces de la ciudad de Baiona, no son únicamente vascas, sino también gasconas. En la vecina ciudad de Anglet, cuya divisa es Mar e pinhadar per m’aidar (Mar y pinares para ayudarme), la toponimia muestra claramente que se trata de una localidad de habla gascona, ya que al menos 130 calles tienen un nombre en esta lengua.

 

   En Biarritz hay otros ejemplos, como las calles de Peyrouloubilh (Pedro el viejo), Maysonnabe (Casa nueva) o Canegre (Perro negro). Los apellidos gascones son muy habituales, incluso entre los vascoparlantes, como por ejemplo Ducassou, Riouspeyrous o Dupouy, que significan respectivamente del roble, río piedroso y del monte.

 

   Numerosos vascos de Iparralde utilizan a menudo palabras procedentes del gascón, como sustot, kadira o krakada para decir « sobre todo » o referirse a la silla y la merienda, en vez de usar las palabras euskericas bereziki, aulkia y askaria. La zona cuenta incluso con palabras híbridas como el apellido Larrebat, que une los terminos larre (pastizal en euskera) y vath (valle en occitano).

 

   Los archivos dan fe de la presencia del gascón en catorce municipios vascos como Baiona, Anglet, Biarritz o Bidache, en los que reside casi la mitad de la población del País Vasco continental.

 

   El gascón fue lengua oficial en Baiona durante tres siglos, un estatus que, de hecho, nunca ha llegado a tener el euskara. Hasta 1530, los documentos municipales de Baiona fueron redactados en gascón y posteriormente la lengua ocupó un lugar importante la producción literaria local.

 

   Es más, entre los siglos XIV y XVI los marineros de la peninsula ibérica llamaban la ciudad « Bayona de Gascuña » para diferenciarla del puerto gallego del mismo nombre.

   Según las últimas encuestas sociolingüísticas, en los 15 municipios del norte de Iparralde de habla gascona, el 5% de los habitantes domina el gascón y un 78% reclama medidas concretas para garantizar su futuro. Seis mil personas dominan la lengua gascona mientras otros 7 400 son hablantes pasivos. La encuesta realizada en 2001 mostraba que en la comarca de Baiona, Anglet y Biarritz, las principales ciudades de la zona, una cuarta parte de la población dominaba, en mayor o menor medida, el gascón mientras que tan sólo un 10% tenía conocimientos de lengua vasca.

 

   Los gascófonos se concentraban en las franjas de población de mayor edad, por lo que todo apunta que el porcentaje de hablantes, en la última década, habrá disminuido de forma notable por la falta de transmisión en el ámbito familiar.

   En 1926, cuarenta personalidades del mundo de la política y de la cultura de Baiona preocupadas por el porvenir del gascón en esta comarca fundaron la Academia Gascona https://www.academiagascona.fr/ .

 

   Fijaron como único objetivo preservar y revitalizar un idioma que ya por aquel entonces sufría un importante retroceso frente a la expansión del francés, asentado en la enseñanza y fomentado por el desarrollo del turismo. Durante nueve décadas, este colectivo cultural, que se declara apolítico, se ha limitado a organizar cursos de gascón, realizar traducciones y publicar libros sobre la implantación de esta lengua sobre todo en las comarcas más septentrionales del País Vasco continental.

 

   La mayoría de los miembros de la Academia Gascona de Baiona colabora de forma estrecha con el colectivo cultural Ací Gasconha (Aquí Gascuña) y de esta forma desde hace dos décadas preparan un programa radiofónico semanal en gascón y que se emite en una emisora asociativa cuya programación es íntegramente en euskara.

   Pese a que el occitano ha sufrido un importante retroceso en la comarca de Baiona y de los municipios de habla gascona colindantes al río Adour, como Guiche o Urt, también existen motivos para la esperanza. Una decena de colectivos culturales organizan actos para fomentar el uso del gascón.

 

   En la actualidad, la revitalización de la lengua pasa por la música de Didier Tousis o del grupo Que Quiò de Came, las publicaciones de las traducciones de cómics como Asterix o las aventuras de Harry Potter, los programas radiofónicos https://www.radiopais.fr/ o de la cadena Oc-Tele http://www.octele.com/ , e incluso la moda, con la marca de ropa Adishatz, basada en el concepto de Kukuxumusu o Katuki Saguyaki, y que mezcla humor y gascón. https://www.adishatz.com/

  

   Además, tras haber prácticamente desaparecido de todos los centros educativos, el gascón ocupa cada vez más espacio en la enseñanza, por ejemplo, en la universidad de Baiona, donde los alumnos de filología vasca pueden estudiar la lengua de los trovadores. Un centenar de alumnos estudia el gascón en el instituto de Bidache y desde 2017 la escuela pública de este antiguo principado cuenta con un aula bilingüe gascón-francés. A finales de mayo de 2018, la primera edición de La Passem, una carrera popular de 400 kilómetros permitió congregar a miles de occitanófilos día y noche entre Bidache y Pau, la capital del Béarn dónde nació Enrique IV rey de Francia y de Navarra.

 

   Siguiendo el ejemplo de otras marchas a favor de lenguas minoritarias como el bretón o el euskara, los organizadores de la carrera a favor del occitano aseguran que ha llegado la hora de recuperar el orgullo de ser gascófono. « Passem significa pasamos, y damos o transmitimos » indica Daniel Barneix, el portavoz de la carrera. Considera primordial atraer a los jóvenes a través de acciones festivas y deportivas en torno a la defensa de una lengua que durante décadas fue relegada a un segundo plano y llamada de forma despectiva « patues ».

 

   En 2020, la segunda edición de la Passem terminará en…Baiona! Conocer el occitano permite entender, a su vez, gran parte de los valles y puertos pirenáicos que cada verano recorre el Tour de Francia como Marie Blanque, Portillon (el puerto) y Peyresourde, que podría significar fuente de piedra al unir las palabras pèire (piedra) y sorder (manar). 

   Desde finales de junio de 2018, el euskara y el gascón son lenguas propias en los tres territorios vascos del norte del Bidasoa. Así lo decidió la mayoría de la asamblea de la Mancomunidad Vasca, la primera institución del territorio que vió la luz hace año y medio, dentro de la reorganización territorial en Francia. Al igual que el euskara, el gascón cuenta con un presupuesto propio (50 000 euros anuales, una partida votada por unanimidad) y un técnico que trabaja para fomentar la lengua en la franja norte del territorio, en la denominada zona charnegu, dónde se unen el francés, el euskara y el gascón, y en la que residen casi la mitad de los 300.000 habitantes de Euskadi norte.

 

   Se da la circunstancia de que el primer puesto de técnico de lengua gascona de toda Francia ha sido creado en tierras vascas por una administración vasca. Según Jean René Etchegaray, el alcalde centrista de Baiona y presidente de la nueva entidad la situación de las dos lenguas minoritarias es muy distinta pero el apoyo institucional permitirá ayudar a los gascófilos para realizar nuevos proyectos.

   En Francia, el euskara goza de mejor salud que el gascón pero la escolarización obligatoria en francés, su uso generalizado en los medios de comunicación y en la administración, así como el asentamiento creciente de personas que sólo se expresan en francés-tres mil más cada año- han creado condiciones muy dificiles para la lengua vasca.

 

   Hoy en día cerca del 30% de la población domina el euskara y la enseñanza se ha convertido en una de las prioridades para recuperar la lengua. En la actualidad, casi la mitad de los niños estudia euskara en la enseñanza primaria pero al terminar el bachillerato sólo pueden redactar algunas pruebas en esta lengua, que todavía no goza de ningún estatus legal en la República francesa.

 

   Al igual que la aranesa Lourdes Bruna, los jóvenes de Iparralde también reclaman mayor respeto para con su lengua. Los jóvenes de Aran y del País Vasco continental sueñan con un futuro más plural y más respetuoso para con las personas y la diversidad lingüística para construir un mundo mejor...

    Lagun onekin orenak labur !